jueves, 21 de octubre de 2010

Un angel tricolor- de Marinero Miel


Mi país no se revela porque no le gustan las revelaciones. No me extenderé sobre este hecho, no lo analizaré, ya lo descubrirás. O eres de los que creen que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones? Mirá vos. Yo soy de los que creen que el camino a las profundidades esta lleno de malas intenciones. Se arma un lío de aquellos donde triunfa la exposición del silencio, y al final ninguna muerte significa vida. El mundo pone los ojos en nuestro desierto y nuestro desierto calla como desierto, como chileno. Pactos de silencio se escuchan claramente en ningún medio. Esto es lo que pasa cuando un trabajador chileno no pasa por encima de nadie y su jefe es un hijo de puta protegido por su poderosa ambición negligente: el patrón come espinas, y al peón le sangran las encías. No dejemos de mirarnos, los milagros sólo existen en la mirada del otro. Me cago de risa imaginándome a la Reina de Inglaterra dándose con una piedra de Copiapó en la concha. A Little Delirius. Atrapamos a 33 mineros en una minucha del norte, mantenemos al país en vilo durante 17 días hasta que dan señales de vida en un papelito, les empezamos a mandar comidas, cartas, camaritas, aceptamos la generosa ayuda de la NASA y a los dos meses se monta una parafernalia parecida a la del hombre llegando a la luna, igual de cínica y escénica. Qué mejor que celebrar las Fiestas Patrias del bicentenario con el dedo bien puesto en la boca? Así nos entierran. Así trabajamos para usted y usted trabaja para nosotros. Y lo estamos pasando tan bien en la democracia de la reconstrucción. Tan bien. Que estoy esperando la próxima liquidación de la temporada.  

Marinero Miel

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